Neuquén
El ministro incómodo
Jorge Tobares tiene una agenda propia que parece ir en contra de los planes de Figueroa.
La gestión del gobernador Rolando Figueroa está pidiendo un service. Una especie de “segundo tiempo” para ajustar la mecánica de la política que hoy suena como un motor que falla, en el mismo seno del gabinete provincial.
No todos los ministros hablan el mismo idioma, ni tocan la misma partitura. Muchos parecen interpretar una música propia, que puede ir en contra de la idea que tiene Figueroa, que es, en resumidas cuentas, diferenciarse lo más posible de los vicios del MPN y, sobre todo, del último período de Omar Gutiérrez.
Pero hay un funcionario que hace tiempo está acumulando puntos contradictorios dentro del gabinete. Es Jorge Tobares, el ministro de Gobierno, conocido por ser “amigo y amable con los gremios”. A tal punto que parece tener una agenda propia, confusa y hasta distanciada de los demás ministros.
Tobares asoma como un salvador que quiere cerrar conflictos, a costa de abrir otros. Como si sembrara problemas y soluciones al mismo tiempo. Esta actitud está generando una creciente tensión dentro del gabinete, donde no se sabe si el ministro tiene vida propia, o es el mismo Figueroa el que alimenta sus mensajes contradictorios.
Las promesas “de más” a los mapuches
Un conflicto en puerta es con la Confederación Mapuche del Neuquén, que se puso de punta con Figueroa, a quien le reclama “deudas pendientes” de la gestión Gutiérrez.
Los reclamos pueden poner en jaque la estabilidad de Vaca Muerta, que hoy es la fuente exclusiva que tiene la provincia de Neuquén de financiamiento.
La semana pasada, un grupo mapuche cortó el acceso en Añelo a las plantas tratadoras de recortes de perforación y exigió que el gobierno termine con el relevamiento de tierras en las distintas comunidades y pidió la creación del registro para nuevas comunidades.
La Confederación no se quiere quedar afuera de los beneficios de Vaca Muerta y está pidiendo legalizar a comunidades (muchas de ellas fraccionadas) alrededor de los yacimientos. Se sabe que el mismo Jorge Nahuel, histórico dirigente mapuche, tiene las mejores palabras de elogio con Tobares, no así con Figueroa. ¿Cómo se interpreta esto?
Tobares se reunió con los mapuches y les prometió avanzar en esos puntos que, de concretarse, podrían traer más de un dolor de cabeza al gobierno de Figueroa, en relación con las operadoras, sobre todo con YPF. Mantener la paz social en Vaca Muerta es una política de estado para Neuquén, pero prometer algo que no se puede cumplir, asoma como muy riesgoso.
Jorge Tobares: juega con fuego con la Uocra
El último accionar extraño del ministro fue haber atendido a un grupo de la Uocra, a quien le prometió 1.000 puestos de trabajo en obra pública, en otra maniobra de alto riesgo. Es el mismo grupo acusado de encender una escalada de violencia en Vaca Muerta y de haber golpeado a dos obreros en una camioneta en San Patricio del Chañar.
El ministro se reunió en su despacho con la facción de Víctor Cárcar, que estaba representada por Rubén Ojeda y Juan Franco Acsama, entre otros, que están disputando el poder a Juan Carlos Levi, la mano derecha gremial de Figueroa.
El gobierno quiere dejar atrás esta grieta y los episodios de violencia que convirtieron a la ciudad de Neuquén en un escenario de far west. Hace semanas, el líder de la Uocra nacional, Gerardo Martínez, estuvo es un acto con Levi y el mismo Figueroa, en una firma de convenio por capacitaciones laborales. Todo un respaldo político hacia la “normalización” de un gremio de alto voltaje interno.
Tobares dio señales de entender poco lo que sucede, y en ese tren, de tener una apertura a todos los sectores, metió los dedos en el enchufe. En Vaca Muerta hay una disputa a muerte en el gremio, y el gobierno ha tomado una postura por la nueva conducción de Gerardo Martínez, quien vino a levantarle la mano a Levi.
Figueroa lo mandó a Tobares a resolver un conflicto caliente y prometió trabajo para 1000 personas, del bando contrario al que respalda el gobierno provincial. Acá algo suena mal, y podría terminar peor. Levi le hizo la campaña a Figueroa, prometiendo paz social y una relación más armoniosa con el empresariado. Pero Tobares se encargó de revivir a último momento a la facción opositora. ¿En qué pueden terminar estos mensajes contradictorios?
“No esperábamos un compromiso tan contundente”, dijo Ojeda tras salir del despacho de Tobares, encendiendo la mecha de la interna en la Uocra.
El conflicto con ATEN: un ministro “amigo”
El ministro se ha metido también en otro conflicto, en el afán de resolverlo, como el de Educación que tuvo a Neuquén con las clases paradas durante más de dos meses.
Cuando el paro parecía caerse solo, sin una convocatoria del gobierno a ATEN por la Ley de Adicional Docente, Tobares convocó al gremio un sábado para reglamentar la ley, donde se flexibilizaron las licencias para poder cobrar el 15% de “presentismo”.
La jugada no le cayó bien a la ministra de Educación, Soledad Martínez, quien pagó los platos rotos con una campaña de difamación en su contra. Tobares le abrió el juego al gremio y a la mesa de negociación, y el conflicto se extendió durante un mes más.
Figueroa pasó de largo en ese conflicto docente, que tuvo que cerrar con una intervención del Tribunal superior de Justicia y con el secretario general de ATEN, Marcelo Guagliardo, levantando el paro de prepo y por Zoom, con un alto costo en su interna con Angélica Lagunas.
El Padrino y un barco sin brújula
Una frase en la saga de El Padrino hace referencia a la idea de unidad y coordinación dentro de una organización o familia. En la película, se hace hincapié en que, para mantener el poder, la estabilidad y la seguridad, todos los miembros deben trabajar juntos y dirigirse hacia el mismo objetivo.
“Todos nuestros barcos deben navegar en la misma dirección”, dice la frase en la película.
Si cada barco (o persona) navega en una dirección diferente, se genera conflicto, caos y, eventualmente, la destrucción del grupo. Es una metáfora sobre la importancia de la lealtad y el trabajo en equipo dentro de un sistema jerárquico.
Pero el barco de Tobares, parece no tener brújula.