boca de pozo
Petroleros reclaman centralidad en la nueva CGT: el perfil de Emiliano Mongilardi
Con 38 años, el dirigente chubutense y director de YPF plantea que la energía debe tener más peso en el movimiento obrero.
La conducción de la CGT suele ser uno de los lugares en los que se cristaliza el modelo argentino. Así como en algún momento la mayoría de los dirigentes más encumbrados venían de los frigoríficos, de la mano de la industrialización aparecieron con más peso los metalúrgicos. Ya en en los noventa los dirigentes vinculados al comercio, los servicios y los camiones ganaron mayor centralidad. Siguiendo esta línea, es esperable que los dirigentes del sector minero y petrolero escalen en la conducción de la principal central obrera del país.
En el marco de la discusión por la renovación de autoridades de la CGT, los sindicatos de la energía buscan ganar ese lugar de mayor centralidad. A la vez, la actual dirigencia aparece afectada por un proceso natural que, para decirlo de una manera elegante, tiene que ver con el paso del tiempo. Así, las tensiones están relacionadas a la emergencia de sindicatos más fuertes que hasta hace poco ocupaban un lugar más marginal en la toma de decisiones; y la irrupción de dirigentes de nuevas generaciones. Una de las voces que emergió en el último tiempo es la de Emiliano Mongilardi, dirigente petrolero de Chubut, hombre de confianza de Jorge “Loma” Ávila y actual director de YPF.
En diálogo con el sitio especializado en noticias sindicales, (InfoGremiales), Mongilardi fue claro:
“La energía debe pesar más; es columna vertebral del país y merece espacio proporcional en las decisiones nacionales”.
El perfil de un dirigente en ascenso
A los 38 años, Mongilardi combina cargos de gestión sindical —es pro tesorero del Sindicato de Petroleros Privados de Chubut y tesorero de la obra social del gremio— con responsabilidades en YPF. Su recorrido comenzó en los yacimientos de la meseta patagónica y rápidamente derivó en la representación gremial.
“Me involucré sindicalmente porque no podía mirar a mis compañeros sufrir inseguridad laboral, salarios bajos o falta de respuestas”, recordó.
Su cercanía con Jorge «Loma» Ávila lo convirtió en uno de los cuadros más jóvenes del sindicalismo energético con proyección nacional. Pasó por la Legislatura chubutense y mantiene vínculos fluidos con dirigentes que se mencionan para el futuro de la CGT, como Cristian Jerónimo (Vidrio) y Jorge Sola (Seguros).
Reclamo de protagonismo para la energía
El dirigente advierte que la energía “define destinos, empleos y soberanía” y que el sector no puede estar ausente en las discusiones nacionales del movimiento obrero. En ese sentido, plantea que la CGT debe convertirse en un “faro de unidad y defensa de la gente”, capaz de resistir intentos de reforma laboral que impliquen retrocesos:
“El sindicalismo no puede negociar la esencia: debemos defender salario, estabilidad y negociación colectiva”.
Mongilardi también subraya el riesgo de extranjerización y concentración en el sector energético: “Hay que regular con firmeza para que los recursos estén al servicio del país”, advirtió.
Identificado con el recambio generacional, Mongilardi cree que la fortaleza de la CGT será combinar “la experiencia de los que batallaron con la creatividad de los jóvenes”. Su mirada apunta a los desafíos de la industria: desde el rol estratégico de YPF y el avance de las renovables, hasta los riesgos y oportunidades de la inteligencia artificial y la automatización.
“Habrá reconversión laboral, necesidad de capacitación y riesgo de precarización si no actuamos. Nuestra obligación es anticipar y proteger a los trabajadores”, sostuvo.
Con un fuerte llamado a la juventud, el dirigente petrolero plantea que el futuro del sindicalismo pasa por abrir espacios de formación y canalizar reclamos dentro de las organizaciones gremiales: “Los sindicatos son la herramienta adecuada”.







