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Neuquén

Comer en la escuela, otra realidad que golpea

La crisis convirtió a la escuela en comedores. El gobierno ataja la inflación que dejó de Milei.

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En medio de la profunda crisis económica que atraviesa el país, las escuelas de la provincia de Neuquén asumieron un rol clave como centros de alimentación para miles de estudiantes. No es la medida más simpática, pero ante los índices de pobreza, de los que Neuquén no escapa, la escuela pública cumple una función social.

La ministra de Educación, Soledad Martínez, evaluó no sólo los contenidos escolares en el inicio de la gestión, sino el impacto inflacionario desde finales del año pasado. En la provincia hay casi 300 establecimientos que tienen comedores.

En lo que va de 2024, la inversión en partidas de refrigerio y comedor escolar ha tenido un incremento exponencial, reflejo del creciente costo de vida y la inflación que golpea a las familias más vulnerables.

Las partidas para comedores y refrigerios son una inversión del gobierno provincial ante la inflación desatada durante estos meses.

En el menú se sumó una partida adicional para los alimentos cárnicos, ya que por el precio, muchas familias dejaron de comer carne en la casa por la crisis.

El aumento permitió que las escuelas no solo brinden educación, sino que se conviertan también en el principal sostén alimentario de muchos niños y jóvenes.

A principios de este año, la situación ya era preocupante. Según los datos aportados a Política Viral, en enero pasado, era de $194,69 por alumno.

La ministra de Educación, Soledad Martínez.

Para julio, esta cifra escaló a $685,06, y se espera que para el último trimestre del año ascienda a $1.027,59, lo que representa un aumento del 427,81% en lo que va del año.

En tanto que el refrigerio, que en enero costaba $50,53 por estudiante, llegó en julio a $177,80 en el Grupo A, con una proyección de $355,60 para fines de 2024. Este servicio registró un incremento del 603,77%, y es indispensable para cubrir las necesidades básicas de alimentación de los estudiantes.

La zonas, diferencias

Otro de los factores que incide en las partidas destinadas a comedor y refrigerio es la zona geográfica de la provincia.

En Neuquén, los costos no son homogéneos. Los valores varían de acuerdo a las distancias y las dificultades logísticas, especialmente en zonas más alejadas.

El Grupo A, que corresponde a la zona más económica, presenta los costos más bajos, mientras que el Grupo D, correspondiente a las zonas más encarecidas, tiene las partidas más altas.

Comer en la escuela e cada vez más frecuente con la crisis. Y el gobierno reforzó las partidas.

En el último trimestre, se decidió un aumento diferencial del 50% en las partidas de comedor y un 100% en refrigerios para hacer frente a los costos más elevados en estas áreas.

Además, para compensar el déficit nutricional que padecen muchas familias, se otorgó un aporte extra del 25% destinado a la compra de alimentos cárnicos, con el objetivo de enriquecer la calidad de las comidas brindadas en las escuelas.

¿Cómo son los valores de las partidas por grupos?

Grupo A (zonas más accesibles):
•       Comedor: $194,69 en enero, $685,06 en julio, con una propuesta de $1.027,59 (50% de aumento).
•       Refrigerio: $50,53 en enero, $177,80 en julio, y una proyección de $355,60 (100% de aumento).

Grupo B:
•       Comedor: $210,07 en enero, $739,17 en julio, y un aumento previsto a $1.108,76.
•       Refrigerio: $54,64 en enero, $192,28 en julio, con una proyección de $384,56.

Grupo C:
•       Comedor: $217,99 en enero, $767,05 en julio, y una propuesta de $1.150,58.
•       Refrigerio: $56,69 en enero, $199,50 en julio, con una proyección de $399,00.

Grupo D (zonas más caras y alejadas):
•       Comedor: $233,47 en enero, $821,54 en julio, y un aumento proyectado a $1.232,31.
•       Refrigerio: $60,62 en enero, $213,32 en julio, y una proyección de $426,64.

Crisis: la función social de la escuela

El aumento de las partidas refleja la creciente presión sobre las escuelas para cubrir no solo el rol educativo, sino también el alimentario. Las familias enfrentan un contexto económico crítico, con ingresos insuficientes para garantizar una nutrición adecuada, lo que convierte a las escuelas en el principal sostén alimentario de los estudiantes.

Estos valores, que en su momento resultaban insuficientes debido a la rápida escalada inflacionaria, llevaron al gobierno provincial a realizar ajustes sucesivos en un intento por no desatender las necesidades alimentarias de los estudiantes.

Escaladas inflacionarias y ajustes

En enero, la provincia destinaba 413 millones de pesos al servicio de comedor y refrigerio escolar. Sin embargo, el escenario cambió drásticamente en los meses siguientes, tras el impacto de la devaluación del 25% por parte del gobierno de Javier Milei, en diciembre pasado. Los pecios de los alimentos explotaron.

Los ajustes fueron inevitables, y se decidió aplicar un primer aumento del 40%, seguido por un 60%, y luego otro incremento del 25,67%. A estos ajustes se sumó un nuevo incremento del 25%, lo que permitió amortiguar, aunque de manera insuficiente, el impacto del costo de los alimentos.

En términos absolutos, a mediados de año, la provincia ya invertía más de 2.880 millones de pesos en estos servicios, lo que evidencia un aumento total superior al 600%.

Este esfuerzo económico, aunque significativo, responde a una demanda alimentaria creciente en las escuelas, que son, para muchos alumnos, el único lugar donde reciben una comida completa al día.

Pobreza, educación y comer bien

La realidad de Neuquén no escapa a lo que sucede en otras provincias del país. Las escuelas se han convertido en una tabla de salvación frente a la creciente pobreza.

El deterioro económico ha obligado a los comedores escolares a asumir un papel protagónico en la alimentación diaria de miles de estudiantes.

La insuficiencia de ingresos en los hogares, producto del desempleo o de salarios que no alcanzan para cubrir lo básico, ha generado que el comedor escolar sea la única fuente de comida nutritiva para muchos niños.

En este contexto, la presión sobre el sistema educativo es doble: no solo se les exige garantizar una enseñanza de calidad, sino también brindar una respuesta social y alimentaria a una comunidad que depende cada vez más de sus servicios.

Los aumentos en las partidas de comedor y refrigerio han sido cruciales para sostener esta realidad, pero también representan un desafío constante ante una inflación que no da tregua.

La apuesta del gobierno de Neuquén es clara: seguir destinando recursos para asegurar que los niños y adolescentes puedan tener acceso a una alimentación adecuada mientras cursan sus estudios.

Sin embargo, la magnitud de la crisis alimentaria es tal que, incluso con estas inversiones, el desafío sigue siendo monumental.

Las escuelas, hoy más que nunca, se han convertido en el corazón de la respuesta social frente a la emergencia alimentaria que toca la puerta de la provincia de Neuquén.

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