Neuquén
Soledad Martínez, la ministra progresista de Rolando Figueroa
La diputada y líder del Frente Grande será la única ministra “progre” del gabinete ortodoxo que armó el gobernador electo. Manejará el Ministerio de Educación que se lleva el 25% del presupuesto provincial.

El gobernador electo Rolando Figueroa anunció quien será la nueva ministra de Educación de la provincia de Neuquén: es la diputada provincial por el Frente de Todos, Soledad Martínez, quien asumirá en un momento muy complejo para el país y la provincia en materia educativa.
Figueroa realizó el anuncio, a cuentagotas de su gabinete, como es costumbre en las redes sociales, especialmente en su cuenta de X (ex Twitter), donde le da a Martínez un rol fundamental, en un gabinete más bien de corte conservador, con personas que provienen del empresariado y con una tendencia hacia el antiperonismo.
Soledad Martínez ha sido secretaria de Gobierno e intendenta de Zapala y es una de las máximas referentes del Frente Grande en la provincia de Neuquén, un partido progresista, que le ha impregnado un estilo de gobierno a una ciudad postergada del centro provincial.
“Soledad Martínez va a ser la Ministra de Educación de la provincia desde el 10 de diciembre. La educación es prioritaria y nuestro programa de becas será un eje de la gestión, para que las familias tengan certeza que en nuestra provincia sus hijos van a poder proyectar su futuro”, sostuvo Figueroa en las redes sociales.
La irrupción de Martínez viene a oxigenar un poco las designaciones que hizo Figueroa, donde la mayoría de los ministros provienen de ideas un poco más conservadoras y ortodoxas para esta etapa de la provincia de Neuquén.
Es el caso del reciente anuncio del ministro de Infraestructura, el ingeniero Rubén Etcheverry, quien ha sido secretario de Modernización de la Municipalidad de Neuquén, en la última gestión del intendente Horacio “Pechi” Quiroga, e identificado con Juntos por el Cambio.
Martínez tendrá una tarea ardua dentro de una cartera llena de conflictividad, con la irrupción de un nuevo paradigma educativo, donde el gobierno de Javier Milei había anunciado los “vouchers” para la educación pública, algo que generó un fuerte rechazo de los gremios.
En estos días, Milei anunció a Carlos Horacio Torrendell quien será el secretario de Educación que dependerá del superministerio de Capital Humano, que también absorberá Salud, Trabajo y Desarrollo Social, comandado por Sandra Pettovello.
Pero el trabajo de Soledad Martínez no tendrá tiempos para medir fuerzas y aspectos ideológicos, sino que estará centrado en poner en marcha el sistema educativo en plena transición de gobierno, luego de la derrota del MPN el pasado 16 de abril.
Los reemplazos representan unos los 3 mil cargos, con una erogación flotante de 1.800 millones de pesos, de acuerdo a lo informado a Política Viral.
En principio, hay cerca de 1300 edificios escolares que tienen que estar en condiciones para el inicio lectivo 2024, en un contexto donde se anuncia una época de ajuste, vacas flacas y reordenamiento de partidas.
Educación: se lleva el 25% de los recursos
El presupuesto aprobado en la Legislatura para el 2024 tuvo un récord histórico en la moneda nacional, distorsionada por la inflación: fueron 2.06 billones de pesos, donde la mitad se va en sueldos.
El presupuesto educativo se lleva el 25,4% del dinero general que tendrá disponible la provincia el año que viene. Son 527.427 millones de los 2.062.608 millones (o 2,06 billones) de pesos presupuestados.
A todo esto hay más interrogantes respecto a los huecos administrativos que existen en el sistema educativo por los reemplazos y licencias, que de acuerdo a fuentes consultadas por Política Viral rondan los 3 mil cargos, con una erogación flotante de 1.800 millones de pesos.
¿Podrá Soledad Martínez aplicar un rápido plan más allá de su afinidad con un sector de los gremios?
Se sabe que más allá de las afinidades, Educación es un área que precisa moverse rápido después del 10 de diciembre, donde habrá un verano caliente para organizar un inicio de clases que puede o no ser conflictivo.