Energía
Halliburton deja Chubut y se muda a Vaca Muerta: qué pasará con los petroleros
La empresa confirmó su salida de la Cuenca del Golfo y el despido de 300 operarios.

Lo que se venía cocinando hace meses, hoy es un plato servido. Halliburton, uno de los gigantes de los servicios petroleros, confirmó su retirada de Chubut. La decisión, que genera gran impacto en la Cuenca del Golfo San Jorge, es otra ficha en el tablero de la reconfiguración energética del país: el capital y los recursos migran hacia Vaca Muerta, donde el negocio promete más rentabilidad y menos trabas.
La noticia llegó en el marco de la audiencia de conciliación obligatoria por los 300 despidos en el sector convencional.

El propio Jorge “Loma” Ávila, secretario general del Sindicato de Petroleros Privados de Chubut, puso en palabras el golpe que se viene para los trabajadores petroleros, y el progresivo desmantelamiento que hay en la provincia. “La empresa se retira de Chubut, no va a trabajar más y se está yendo prácticamente con todo el capital a Vaca Muerta”.

Jorge «El Loma» Ávila, titular del gremio de Petorleros de Chubut.
Con los telegramas de despido ratificados, Halliburton se comprometió a pagar indemnizaciones, francos trabajados y hasta evaluar la posibilidad de que algunos operarios se sumen a los yacimientos neuquinos. Sin embargo, el impacto ya es un hecho: 140 trabajadores convencionales y 160 jerárquicos quedan en el aire en una cuenca cada vez más golpeada.
La tormenta perfecta en Chubut
La salida de Halliburton no es un caso aislado. La Cuenca del Golfo San Jorge, con más de un siglo de explotación, enfrenta un ocaso anunciado. La falta de inversiones, el agotamiento de los pozos convencionales y la mirada de las grandes operadoras puesta en el shale de Vaca Muerta están dejando a Chubut en una zona de sombras.
“La empresa se retira de Chubut, no va a trabajar más y se está yendo prácticamente con todo el capital a Vaca Muerta” – Jorge «Loma» Ávila – Sindicato de Petroleros de Chubut.
“No las quiere nadie, hay que prender una vela para que venga un empresario”, disparó Ávila, sin tapujos. El sindicalista reconoció que la situación es dramática y que la única esperanza parece estar en los recursos no convencionales. Pero mientras en Neuquén el desarrollo avanza con infraestructura y proyección, en Chubut la actividad es cada vez más escasa.
¿Irse o pelearla? La encrucijada de los petroleros
Entre los trabajadores, la incertidumbre es total. El gremio no pondrá trabas si los operarios deciden mudarse a Neuquén, pero la realidad es que no todos pueden trasladarse. Para los que no alcanzan la edad jubilatoria, la promesa es que tendrán prioridad en futuros empleos. “Nosotros hemos demostrado que pueden confiar en el sindicato”, sostuvo Ávila.
El panorama es el de una migración energética con impacto social y económico entre provincias. Mientras Vaca Muerta se fortalece como el corazón petrolero del país, Chubut se convierte en un testigo de lo que ocurre cuando el negocio se agota. La historia ya se ha visto antes en la Patagonia: la pregunta es qué quedará en pie cuando el éxodo termine.