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boca de pozo

Legislativas 2025: Boleta Única y la arquitectura del voto latinoamericano

Argentina implementa la Boleta Única de Papel en las Legislativas 2025. Política Viral analiza esta crucial reforma. La comparación con otros sistemas latinoamericanos.

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El próximo domingo 26 de octubre, la política argentina se enfrenta a su ritual bianual: las elecciones legislativas nacionales. El país renovará 127 diputados y 24 senadores, redefiniendo el equilibrio de poder en un Congreso ya polarizado. Lo que está en juego es la capacidad del gobierno para maniobrar legislativamente en los años subsiguientes.

¿Qué Se Elige en Argentina? El Contrapeso del Congreso.

En Argentina, el Congreso es bicameral (Diputados y Senadores). La renovación parcial de las cámaras opera como un contrapeso constante al poder presidencial.

Todas las provincias elegirán diputados, pero solo ocho distritos renovarán senadores: Río Negro, Salta, Neuquén, Tierra del Fuego, Santiago del Estero, Entre Ríos, Chaco y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La Provincia de Buenos Aires (con 35 diputados en disputa) y la CABA (13 diputados y 3 senadores) serán decisivas en esta reconfiguración de fuerzas. Las bancas a renovar corresponden mayoritariamente a Unión por la Patria y el PRO.

Debuta la Boleta Única Papel en las elecciones legislativas 2025 en Argentina.

Para la elección de estos legisladores, Argentina utiliza un sistema proporcional en distritos plurinominales (varios representantes por provincia) con listas cerradas y bloqueadas (priorizando la disciplina partidista).

Arquitectura del Poder Legislativo Latinoamericano

Más allá de la boleta, la estructura del poder legislativo es fundamental para el contrapeso democrático en la región.

La institución que concentra el poder legislativo adopta diferentes nombres a lo largo de América Latina. En 12 países, se utiliza la denominación de Asamblea, a menudo con un agregado, como la Asamblea General en Uruguay, la Asamblea Legislativa en Costa Rica y El Salvador, o la Asamblea Nacional del Poder Popular en Cuba. Un grupo de diez países opta por llamarse Congreso, incluyendo a Argentina, Brasil, Chile, Honduras y México. Por último, la denominación de Parlamento rige en Haití, Jamaica y Trinidad y Tobago.

En cuanto a su composición, existe una ajustada mayoría de 13 países que tienen sistemas parlamentarios bicamerales, es decir, con dos cámaras (Diputados/Representantes y Senadores), siendo Argentina uno de ellos. Los 12 países restantes funcionan con sistemas unicamerales.

Número de asambleístas

En total, la región cuenta con 4.773 asambleístas, lo que representa aproximadamente 7,3 asambleístas por cada millón de habitantes. Se observa que los países demográficamente más grandes tienen una proporción de asambleístas por habitante menor que la de los países más pequeños. Curiosamente, los sistemas unicamerales tienen más diputados por habitante (uno cada 84 mil ciudadanos) que los parlamentos bicamerales (uno cada 168 mil ciudadanos).

Modelos de Boleta en América Latina: La Búsqueda de Transparencia

El cambio más significativo en Argentina es la adopción de la Boleta Única de Papel (BUP), un paso crucial para garantizar la transparencia del sufragio. En este aspecto, la región ofrece un amplio abanico de modelos:

El modelo de Boleta Única Papel

Este es el estándar en la mayoría de las democracias consolidadas de América Latina. La característica esencial es que la papeleta es diseñada, impresa y distribuida por el Estado, incluyendo a todos los postulantes.

Tipos por Categoría: No todos los países resuelven de la misma manera cuando se eligen múltiples cargos (Presidente, Diputados, Senadores) el mismo día. En algunos casos, se utiliza una boleta por cada categoría (como en Chile), mientras que en otros se vuelca todo en un mismo papel.

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El sistema de la Boleta Única Papel.

Orden de Postulantes: El orden de aparición de los partidos puede definirse por sorteo, por la cantidad de votos obtenida en la elección anterior, o por la antigüedad de la fuerza política.

El caso de Chile con su Servel y su boleta única por cargo es reconocido como un modelo de solidez que minimiza la conflictividad electoral.

El modelo de boletas múltiples (el camino de Argentina)

Históricamente, Argentina (junto a Uruguay) utilizaba el sistema de boletas múltiples (la lista sábana). En este modelo, cada partido era responsable de imprimir, distribuir y garantizar la presencia de su propia boleta en la mesa de votación. Este sistema era fuente constante de  problemas logísticos (robo o rotura de boletas), cuya superación es el principal objetivo de la BUP. Si bien Uruguay sufre menos los efectos nocivos de este método por su menor tamaño y fuerte cultura política, la mayoría de los países lo abandonaron por falta de transparencia.

Urnas Electrónicas: tecnología y confianza

Lo que se denomina boleta electrónica es en realidad una urna electrónica que elimina el papel.

Éxito Planificado (Brasil): El ejemplo de Brasil es el más citado. Su éxito en el escrutinio rápido y confiable es resultado de una política de Estado planificada de casi dos décadas, apoyada en tribunales electorales independientes y de alto componente técnico.

Fracaso y Control (Venezuela): En contraste, el fracaso en Venezuela demuestra que la tecnología no puede resolver la falta de confianza institucional. Si un solo partido tiene el control del sistema electoral, la desconfianza aumenta, y la tecnología se convierte en una herramienta más de opacidad.

 El voto y su organización: deber y doble autoridad

América Latina concentra el mayor número de democracias que practican el voto obligatorio en el mundo. La participación en los comicios se clasifica en tres grandes modelos:

Voto Voluntario (Ocho Países):

Ocho naciones dejan la participación completamente a elección del ciudadano, incluyendo Colombia, Chile, México y Venezuela.

Voto Obligatorio (Con Sanciones Variables):

Voto Simbólico: El voto es obligatorio por Constitución, pero no existen sanciones efectivas o son inoperantes (ej. Costa Rica, Honduras, México).

Voto Moderado: Se imponen sanciones de carácter monetario leves o moderadas (ej. Paraguay, Ecuador, donde la multa en Ecuador es del 2% al 25% del salario mínimo).

Cómo es la arquitectura del voto latinoamericano.

Voto Estricto: El incumplimiento acarrea sanciones efectivas, como multas o restricciones a trámites administrativos esenciales. Argentina se ubica en este grupo, junto a Brasil, Bolivia, Perú y Uruguay.

La obligatoriedad del voto garantiza la concurrencia masiva, pero no necesariamente un voto válido. Esto se debe a que las personas pueden votar nulo o en blanco, cumpliendo así con su deber sin manifestar una preferencia por ningún candidato.

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La organización electoral: mixta vs. única

La organización de las elecciones se rige por dos modelos en la región, en un debate que podría definir la futura autonomía de nuestro órgano electoral:

Modelo Mixto (Argentina): Dos o más autoridades separan funciones: unas administrativas (DINE, Poder Ejecutivo, para logística y escrutinio provisorio) y otras judiciales (Justicia Electoral/CNE, para resolución de conflictos y escrutinio definitivo). Este modelo es compartido por México, Chile, Perú y otros.

Modelo de Autoridad Única: Una sola institución, generalmente un tribunal, centraliza lo administrativo y lo jurisdiccional. Es el caso de Uruguay, Paraguay y Brasil. Bolivia, además, le otorga a su Tribunal Supremo Electoral el rango de cuarto poder del Estado.

Voto en el extranjero: el derecho de la diáspora

La universalidad del sufragio incluye el derecho a votar desde fuera del país, un tópico crucial dada la creciente migración en la región. Actualmente, más de la mitad de las democracias del mundo permiten el voto en el extranjero.

El voto consular (sufragio emitido en sedes de consulados) es la modalidad más común en América Latina, aunque existen restricciones:

  • Pioneros y con Amplio Voto: Colombia fue el primer país en América Latina en permitir el voto en el extranjero (desde 1961), tanto para elecciones parlamentarias como presidenciales.
  • Voto Consular Consolidado: Países como Perú (desde 1979), Argentina (desde 1991), Ecuador (desde 2002), México (desde 2005), Bolivia (desde 2006) y Panamá (desde 2006) garantizan este derecho.
  • Voto Limitado a Presidenciales: Brasil restringe el voto consular solo a las elecciones presidenciales (lo implementa desde 1965). Chile restableció el voto consular en 2014 para las presidenciales.
  • Implementación Reciente: El Salvador (desde 2013), Costa Rica (desde 2014) y Paraguay (desde 2012) se han sumado recientemente.
  • Restricciones y Ausencia: Venezuela es uno de los países que restringe severamente el derecho, permitiendo a los residentes en el extranjero sufragar únicamente en procesos de carácter nacional (presidente, referéndums), excluyendo elecciones parlamentarias o locales. Uruguay no contempla aún en su Constitución que sus ciudadanos en el exterior puedan votar.  Nicaragua y Cuba no permiten el voto para la Asamblea Nacional a los residentes fuera del país.
  • La Calidad Institucional es la Única Boleta Segura

La reconfiguración del Congreso argentino el próximo 26 de octubre es más que una simple contienda de bancas; es una prueba sobre la calidad de nuestra democracia. La adopción de la Boleta Única de Papel es, sin duda, un avance técnico esencial para la transparencia y la logística electoral, una lección aprendida de los fracasos del sistema de boletas múltiples en la región.

No obstante, como lo demuestra el panorama latinoamericano, ninguna herramienta tecnológica o legal es una solución mágica. Países con sistemas muy sólidos, como la urna electrónica de Brasil, conviven con ejemplos de opacidad institucional. El verdadero indicador de solidez democrática no reside en el papel ni en el software, sino en la confianza institucional y en el acatamiento de las reglas por parte de los actores políticos.

En última instancia, estas elecciones nos recuerdan que la arquitectura democrática es un esfuerzo constante. El mayor desafío de Argentina no es solo renovar sus legisladores, sino garantizar que la voluntad expresada en esa nueva Boleta Única sea respetada y que sirva para cimentar una democracia más fuerte. El voto, sea nulo, en blanco o por un candidato, es un acto de soberanía que exige, como contraparte, instituciones sólidas, autónomas y confiables. Esa es la única garantía real de que el ritual electoral no sea solo una formalidad, sino el ejercicio efectivo del poder ciudadano.

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